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lunes, 10 de febrero de 2014

Opinión sobre la pertinencia de la proliferación de las leyes especiales penales y en consecuencia la descodificación del Código Penal.



RAMA: DERECHO PENAL

En orden jerárquico, los Códigos se ubican después de la Constitución, como normativas relevantes en el ordenamiento jurídico de un país. Representan un compendio de normas fundamentales, y del estado de derecho, que permite la coexistencia entre los ciudadanos. A continuación, se desarrollará una reflexión referente a la descodificación del Código Penal Venezolano.

Los Códigos Penales, como instrumentos del sistema judicial de un país, recogen, los tipos penales, de aquellas conductas prohibidas que van en contra de la sana convivencia y paz social, por lo tanto, los mismos están llamados a disponer en su contenido, y en un sentido amplio,  toda la doctrina, principios y el grueso del ordenamiento jurídico, relativo a la materia penal.
A partir de 1.863, fecha en la cual fue creado el primer Código Penal en Venezuela, ha sido reformado infinidad de veces; paralelo a él, se han creado, y se sigue creando, un compendio de normativas (leyes, leyes orgánicas, ordenanzas, por solo mencionar algunas), con amplísimo contenido penal, generando todo un coctel o mezcla de una legislación que por su naturaleza, no debería estar dispersa.
Esta descodificación del Código, ha generado una especie de anarquía legal, ya que el exceso de normativa sobre una misma materia, origina el desorden en cuanto a la interpretación, vigencia, superposición,  repetición, derogatoria, y hasta despenalización de delitos. Es por ello, que los códigos penales, están llamados a ser “autosuficientes”, monopolizadores en su contenido de todos los tipos penales, orientado al principio constitucional  de sistematización (lógica y coherencia). 
Pareciera un desperdicio, que basado en una necesidad, una emergencia y en algunas ocasiones hasta por conveniencia, el legislador, ve como la solución a ciertos problemas, es la aprobación indiscriminada de nuevas leyes, cuando en realidad, la solución radica en la reforma y actualización del Código, evitando dispersar el basamento jurídico penal, haciéndolo engorroso y poco digerible.
Esta “multiplicación”, o “inflación legislativa”, como le llaman algunos autores, a mi manera de ver, lo que ha originado es la incompetencia e  ineficacia de este bagaje jurídico, convirtiéndose en un problema para la administración de justicia de nuestro país, ya que no es fácil, en primer lugar conocer a ciencia cierta todas estas leyes disponibles, analizarlas, interpretarlas, verificar su vigencia, aplicabilidad,  si  rozan o colidan con otras, solo por mencionar algunas de las trabas con las que seguramente, se encontraran para cada caso en especial.
Considero, que esta “descodificación” del Código Penal, originado por la incontrolable proliferación de leyes y normas con contenido penal, en nada favorece al ya criticado sistema de administración de justicia de nuestro país, por el contrario, pienso que lo ha hecho más ineficiente, reflejándose en la lentitud con que se tratan los casos en nuestros tribunales, posiblemente, por la difícil tarea de interpretación, haciéndose engorroso, y tardío,  el proceso de la generación necesaria de doctrina y jurisprudencia. Lo anterior, concibe la lamentable e innecesaria inseguridad jurídica,  fácilmente perceptible, tomando en consideración que si esta descodificación representa un problema para los administradores de justicia, para el ciudadano común, es un verdadero dolor de cabeza, ya que la misma legislación disponible en Venezuela, le obliga a “cumplir” con el contenido  de un ordenamiento jurídico por demás exagerado, sin poder alegar o excusarse en el “desconocimiento”, para su cumplimiento. Debido a la ignorancia del contenido de tantas leyes, el ciudadano y gran parte de la sociedad, desconocen a ciencia cierta cuáles son los delitos, cómo prevenirlos y reprimirlos, optando en algunas ocasiones, a tomar la justicia en sus propias manos, por la desconfianza e inseguridad en un sistema de justicia, ineficiente en el control de la delincuencia.

Conclusión: Pareciera no haber dudas, que ese “desglose” innecesario del Código Penal, en nada ha servido, para mejorar la administración de justicia. Contrariamente a lo pensado, la disponibilidad de innumerables instrumentos legales con contenido penal, ha causado un verdadero caos en nuestro sistema penal, haciéndose necesario, que todo este contenido disperso, sea analizado, estudiado, interpretado y extraído, de tal manera que permita reunirlo  en un sola herramienta “Código Penal”, o como le llaman algunos autores, el “libro de faltas y contravenciones”, que permita la recuperación de la confianza y de la seguridad jurídica en los venezolanos.
David  Alvarez

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